lunes, 5 de noviembre de 2018

Las Tumbas de Darwin

Las Tumbas de Darwin 

Leyendo Infobae , temprano a la mañana mientras desayunaba hoy , me encuentro fortuitamente con esta nota realizada al lejendario músico británico Roger Waters.
Quien habla de Roger Waters , habla automáticamente de Pink Floyd , del "Lado Oscuro de la Luna" (siendo éste mi primer disco comprado con mi primer o segundo sueldito de marinero) o del colosal "The Wall".
Si bien ya estaba yo anoticiado del papel crucial que jugó este hombre para lograr que al fin se identificaran los cuerpos de los 122 Héroes Argentinos enterrados en Darwin como "Soldado argentino solo conocido por Dios", nunca me había puesto a pensar muy detenidamente en este tema: en la paradoja de que haya sido un personaje inglés, además de los familiares de los Héroes en cuestión, el que se haya ocupado personalmente del problema, dejando al descubierto la indiferencia, la ausencia, la ignorancia y la inacción propias de la criollez vernácula preocupada siempre por otras cosas.
Me puse a pensar en la ignorancia en la que nos encontramos sumergidos, en donde este tipo de cosas no cuentan en los temas de conversación diaria de la sociedad argentina. ¡¡¡Y ni hablar de la "entrada en acción"!!!. ¡Nada!.
No hablaré aquí de los silencios y ausencias espantosas tanto de la sociedad, como la de nuestros gobernantes de hace 34 años para acá y ni hablar de la de las autoridades de las FFAA que pasaron y se fueron.
Sólo me limito aquí a transcribir una fracción del reportaje hecho a este hombre inglés, dueño de una neurosis similar a la de cualquiera de nosotros pero con muchísima terapia, que conoce en primera persona los avatares y sufrimientos de una posguerra y crianza sin la compañía de su padre caído en combate e la WW2.
Hago un pequeño y humilde homenaje hacia él y hacia los involucrados en este asunto, luchando contra la oscura y espantosa bruma del silencio y de la indiferencia general y total de prácticamente todos los argentinos.

Las madres y los soldados de Malvinas 





Roger Waters el 9 de mayo en la casa del embajador argentino en el Reino Unido, Renato Carlos Sersale Di Cerisano, junto a Dalal y Coco Massad, padres de Daniel, uno de los soldados identificados. El músico recibió una Rosa por La Paz por su trabajo en la causa humanitaria

"No es lo que yo hice por las madres de Malvinas, es lo que ellas hicieron por mí. Me cambiaron la vida", se emociona. Y sus lágrimas tienen una historia que ya lleva casi siete años.
En diciembre de 2011 Roger Waters recibió un mail a su correo privado. Se lo envié yo. Él aún no me conocía, pero respondió. El asunto decía: "Carta desde Argentina". Y allí, en seis líneas, le explicaba que desde 2008 estaba acompañando al veterano Julio Aro que impulsaba junto a las madres de Malvinas una causa humanitaria: identificar a los 122 argentinos enterrados en Darwin como Soldado argentino solo conocido por Dios. Las puertas oficiales estaban cerradas y necesitábamos su ayuda.
El músico se comprometió: habló con embajadores, se comunicó con la Cruz Roja Internacional, le escribió al Foreign Office británico, envió una carta a las autoridades de las islas y le pidió a la entonces presidenta Cristina Kirchner por los soldados argentinos. Hoy, gracias al Plan Proyecto Humanitario 102 caídos fueron identificados. El 26 de marzo, cuando los familiares viajaron a las islas para visitar por primera vez las tumbas de sus hijos, que habían recuperado sus nombres, el músico británico -que estaba por comenzar su gira- envió para las madres un conmovedor video a través de esta periodista de Infobae.

—¿Cuánto de la empatía que sentís por los soldados de Malvinas tiene que ver con tu propia historia?

—La pérdida de mi padre obviamente tiene que ver. Tal vez el haber visto también cómo mi madre lloró a su esposo. Y el sufrimiento que le causó que su cuerpo nunca haya sido encontrado. También vi sufrir a mi abuela, porque mi abuelo murió en la Primera Guerra Mundial en Francia. Ese dolor se incrementaba en las madres de Malvinas porque no tenían una tumba donde dejar una flor o una lágrima. También fuiste vos y tu conmovedor mail… Y porque en mi casa me habían enseñado que siempre podemos hacer lo correcto.

—Los familiares de los soldados de Malvinas me dicen que las esquirlas de las bombas que mataron a sus hijos también los lastimaron y quedaron incrustadas en sus vidas para siempre. ¿Sentís lo mismo?

—Seguro que sí, sin dudas. Es como cualquier tragedia. Hace años, cuando daba entrevistas, me preguntaban a veces qué ambiciones tenía, considerando que había logrado tanto. E instintivamente dije una vez, y lo he repetido desde entonces, que quiero morir antes que mis hijos. Es algo relativamente fácil de decir, pero es cierto. No me puedo imaginar qué se siente que tu hijo muera en una guerra organizada sin razón alguna.

—Había una dictadura en Argentina…

—Y una dictadura en Inglaterra.

—La dictadura no quería dejar el poder y sus miembros pensaron que si recuperaban las Malvinas… ya conocemos la historia. Pero el tema es cómo una guerra que tuvo lugar hace 36 años todavía está presente por el dolor que genera. Tu dolor, el dolor de las madres y de las familias.

—Es cierto. Yo escribí mucho sobre eso. De hecho, el álbum en el que escribí sobre Malvinas fue The Final Cut. La canción se llama Requiem for a Post War Dream y está dedicada a mi padre. Me emociono un poco cuando hablo de esto porque es un logro gigante de los antropólogos, de Morris Tidball (CICR), del coronel británico Geoffrey Cardozo que sepultó a los caídos en 1983, de Julio Aro, tuyo, de todos… Y a pesar de que no compense por la pérdida de vidas, es un gran triunfo para el espíritu humano y la capacidad que tenemos de empatizar con el otro, de entender qué se siente si un ser amado te es arrancado de los brazos, y de hacer duelo y llorar por los hijos de otras personas. Me siento honrado de poder haber jugado un pequeño papel en esto.

—Tenés una empatía enorme con el sufrimiento de las personas…

—Y tengo una cercanía particular a la guerra porque estoy demasiado en contra de ella. Es tan fútil… Siento tanta compasión por las familias argentinas como por las británicas. Alguien me dijo una vez que yo creía que las Malvinas eran argentinas. Yo no tengo opinión sobre eso. Lo único que importa es que no se derrame una gota más de sangre por una pelea de aspiraciones coloniales llevada a cabo por monarcas europeos que murieron hace siglos.

—Vas a conocer por primera vez a las madres de Malvinas que invitaste a tus dos recitales. ¿Qué les querés decir?

—No tenemos que hablarnos porque inevitablemente vamos a derramar lágrimas juntos. Yo voy a tomar sus manos y nos vamos a mirar a los ojos, y sabremos que el hecho de que ellas estén un poco más cerca de sus hijos de alguna manera nos alienta a acercarnos un poco más nosotros.

—Ya estás con los ojos húmedos y aún no las abrazaste…

—Las vas a tener que mantener alejadas en La Plata porque tengo que trabajar y si no me voy a poner a llorar descontroladamente (sonríe con ternura). ¿Sabés algo? Estoy ansioso por conocerlas. Ellas me van a ayudar a hacer mi trabajo, eso es lo que me da energía. Es la razón por la cual hago lo que hago.

REFERENCIAS:

https://www.infobae.com/teleshow/2018/11/05/a-solas-con-roger-waters-llore-mucho-ame-mucho-cometi-muchos-errores-y-tuve-la-cantidad-justa-de-alegria/



jueves, 18 de enero de 2018

ESTÁN DURMIENDO


ESTÁN DURMIENDO.

Y allí se durmieron en el profundo azul,
se les detuvo el tiempo abrigando quimeras,
respirando bajito, reteniendo la vida para que no se fuera.

Y allí se durmieron en el azul profundo,
sin saber que su sueño consternaba a este mundo,
y nos dejaron sin luto con la mirada perdida,
escrutando un mar, buscando vida en la vida.

Cuarenta y cuatro héroes de pisadas calladas,
que han sido invisibles a nuestras miradas,
cuarenta y cuatro vidas que duermen ahogadas,
en esta esperanza que quedó en la nada.

Y no hay para ustedes bandera a media asta,
ni duelo de patria, no hay nada de nada.
Este llanto impotente me gastó la voz,
me rajó la Fe y me dejó sin Dios.

Y ahora que hago con esta bandera?
A donde la cuelgo para que no muera?

Ni siquiera puedo agregarle un crespón,
porque están durmiendo en el azul profundo,
lejos de este llanto amargo iracundo,
cuidando la patria aunque estén dormidos,
honrosos marinos de un sueño perdido.

Jen De Lacroix